No es un monstruo
de película, no, es una enfermedad parasitaria causada por un gusano, el gusano
de Guinea.
Esta enfermedad ,muy
dolorosa, existía en África, Asia,
Arabia y Oriente Medio.
Las larvas de
estos parásitos viven en las pulgas de agua y se introducen en el cuerpo por
ingestión de agua infectada.
Una vez se
introducen en el cuerpo las pulgas son destruidas por los ácidos del estómago
pero las larvas del gusano sobreviven, lo perforan y penetran en el interior
del organismo.
Dentro del cuerpo
los gusanos se aparean y migran hasta llegar a las piernas, allí causan grandes
ulceras por las que sale la cabeza de la hembra, todo este proceso es muy
doloroso y paralizante. El enfermo siente un gran ardor y su impulso es introducir las piernas en
agua, al hacerlo el gusano se contrae soltando cientos de miles de larvas y el
proceso se inicia de nuevo.
Estos gusanos
miden de media 1 metro, crecen 2
cm por semana y pueden llegar hasta los 4 metros de
longitud. La dracunculiasis no tiene ni vacuna ni cura.
El único
tratamiento que hay para este gusano es, cuando saca la cabeza se va estirando
muy lentamente y lo van liando en un palo, es un tratamiento muy largo ya que
se tarda meses en extraerlo, si la operación se hiciera demasiado rápido el
gusano podría romperse y causaría un
choque anafiláctico que acabaría con la vida del infectado
La buena noticia
es que esta enfermedad tiene los días contados según la OMS.
Sería la segunda
enfermedad erradicada sin medicámentos, la primera fue la viruela.
Actualmente
se pueden ver niños en África completamente desnudos pero que llevan un tubito tapado con
seda o nylon que filtra el agua e impide que las larvas penetren en el cuerpo.
Será una gran
alegría cuando confirmen que ya no hay infecciones, actualmente el gusano solo resiste en Sudán del sur.
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